Reseña en offside: Arctic Monkeys – Suck It and See
Alex Turner es un auténtico poeta futurista de nuestros días, esfuerzos de superación y la batería de Matt Helders sonando más potente que nunca son ingredientes que se lucen en este cuarto disco consagratorio de los Arctic Monkeys.
Poco o nada importa que la tapa de tu álbum tenga menos onda que el ombligo de un notario público si lo que importa es de verdad el contenido de tu obra y esta si es por mi deberían venderla sin su cajita ni tapa ni contratapa, que diga “Digiklone” por el disco e igual va ser una masa.
Suck It and See es un disco perfecto. 
. Personalmente pensaba que Whatever Say I Am That’s What I Am Not era lógicamente insuperable, le deja a su último trabajo Humbug como un ensayo (un ensayo de la re-conch@ de tu tía valga la redundancia) y que se pule gracias al bis de Josh Homme (el cerebro de la máquina voladora de sesos Queens of the Stone Age) en la producción de este producto que hoy conocemos como Suck It and See.
Son de esas bandas que con poco ruido en materia de auto-promoción se abrieron paso de todas las bandas que empezaron al mismo tiempo que ellos y ya son 10 los años de carrera que ostenta esta que es una de las bandas más influyentes de esta generación.
Si fueran un jugador de fútbol serían Messi: jóvenes con toda una carrera por delante y que ya nos dimos cuenta hace mucho que ellos van por más. Cada tema imbatible, cada melodía un gusto a sabor polentoso, desde el adelanto que fue Brick By Brick en el que predominaba el sonido antes que la lírica, nos daban una evidencia sospechosa que se venían un poco descerebradas las canciones de esta nueva placa, ese pensamiento se disipo repentinamente al escuchar los primeros versos del single oficial (“break a mirror, roll the dice/run with scissors through a chip pan fire fight/go into business with a grizzly bear”) Don’t Sit Down Cause I’ve Moved Your Chair, complementado con un video psicodélico que se encastra al sonido como anillo al dedo.
En sus costados baladísticos pero no por eso menos brutales tenemos a la enternecedora Piledriver Waltz, canción que forma parte además del OST de la película Submarine musicalizada enteramente por Turner; una de nuestras favoritas desde la primera escuchada Love is a Laserquest y la cuasi graciosamente nombrada Hellcat Splanged Shalalala.
El video de Piledriver Waltz funciona además como trailer de la película anteriormente citada:
Comparan su nuevo sonido con el stoner más under a lo Kyuss. Teniendo en cuenta que el tema que da nombre a este disco tiene un título provocativo estirando al punk si se lo malinterpreta pero al escucharlo y descubrir que tiene un ritmo acogedor, es ahí cuando dieron el gran paso de convertir la grosería en poesía. Aguante los Arctic Monkeys.
Vidal D.
Sobre el autor
Vidal D. Anti fair play. Dona textos en Rock en Paraguay, The Ventan y en la revista La Factory. Seguile en Twitter, está como @vidaldel92, de vez en cuando suele decir cosas súper interesantes que te van a cambiar la vida.
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