Random Minisuper, pero ya cuenta

Publicado el 10/01/2012 | por Vidal D.

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La verdad sobre los supermercados

Nos ocultan la realidad de los supermercados y nos venden sus productos como cosas que son supuestamente nuestras necesidades básicas cuando sabemos muy bien que podemos sobrevivir a base de kokito (del almacen) y agua (del pozo).

Aquí en este post cortito enumero algunas realidades que están ahí pero nadie se atrevió a decirlas, sobre los supermercados:

1) Música de mierda: Al entrar al super para comprar aunque sea un chicle te tenes que bancar una selección de canciones pro-suicidas que hacen que tu pasada por la sección de panaderia sea más venidera clavandote un palito bien afilado ahí donde más sangre va brotar de tu cuerpo. Así al llegar con San Pedro le contás: “lo último que escuche antes de venir acá, fue a Juan Gabriel cantando el ¡noa noa! ¡noa noa! ¡noa vamos a bailar! después seguía Enrique Iglesias con Pitbull. Disculpame nde, no tenía opción”.

2) Descuentos de gua’u: iba yo un día a comprar lechugas en un super X y veo que están de oferta las lechugas a 700 Gs. el mazo, seguro venían con sobredosis de agrotóxicos pero ¡¿qué carajo importa?! estaba en oferta y no lo iba dejar pasar. Al lado veo al tomate a un precio sideral de 9.000 Gs. Paso, me iba armar una alta ensalada verde.

Al día siguiente llego al mismo super, a la misma hora y por el mismo canal (el micro, oluo), veo algo bastante curioso. La lechuga había sufrido un incremento de más del 400% pasando a costar 3.000 Gs. cada sagrado mazo. Era pues el día de oferta de los tomates que costaban ese día 4.000 Gs. por kilo.

Así que no me vengan a mamar con eso de las ofertas del día porque son nada más que puras mierdas marketineras.

3) Supuesta caja rápida: de esto no sé si tienen la culpa los que trabajan en los supers o es solo una putísima ley de Murphy que hace que justo esta caja sea la más lenta.

Hay varios factores que hacen que esto ocurra, si no es la falta de sencillo para el vuelto, es la falta de bolsas, si no es eso es la falta del mita’i que carga las bolsas, o si no la vieja de 70 para arriba que no sabe donde dejo su monedero y lo empieza a buscar recién cuando tiene que pagar, o si no está el person que se olvido de pesar sus cebollas y toda la fila tiene que esperar a que vuelva.

Vale el espacio también para aclarar que es una simple leyenda urbana lo de que solo se permiten hasta 10 productos en esa fila altamente corruptible.

4) Embotellamiento de carritos: es algo de no acabar, no hay metrobus que instalen ahí adentro para solucionar esta problemática. No pudieron solucionarlo ni esos canastitos con ruedas tan feos, tampoco darles a los carritos esos moldes de autos para que entren las criaturas.

El metabolismo del ser humano le indica que a cierta hora pico todos automáticamente deben ir al mismo tiempo al super para abarrotarlo dejando solo el oxígeno necesario para poder sobrevivir a las personas que se encuentran dentro del predio comercial.

En esos casos ocurren esos momentos incómodos en que te encontras con alguna conocida que es mejor ni saludarla para no gastar tiempo en conversaciones innecesarias que no llevan a ningún lado más que a enterarte del embarazo nada sorpresivo de la bandida de tu ex colegio, pero no podes moverte a ni un lado porque quedaste atascado en la sección de galletitas integrales, gordini. Game over.

5) Todo está diseñado para caerse: una estrategia subliminal quizás, pero por de más efectiva. Son como trampas mortales esos whiskys que tienen alguna solapa que sobresalen los estantes, tu ropa o tus dedos tocan sin querer eso y ¡zas! se te descuenta sin preguntarte de tu tarjeta de “cliente fiel”, así de silencioso como doloroso puede ser.

Irresistible querer jugar al Jenga con esas pirámides de leche en polvo que ponen al medio de los pasillos principales. Nos atacan desde los flancos ecónomicos y psicológicos, encima juegan de local. Tenemos todas las de perder.

6) La ley de los carniceros es dar el peor corte: si les pedís más grande, te agrandan la parte del hueso o de la grasa. Yo sé que en una parte de sus contratos figura que deben actuar de esa manera, así que los perdono.

7) La falta de redondez a los precios: hay que darle un basta a estos precios que si vas a pagarlos justos, vas a tener que traer de vuelta a las monedas de 10, 5 y 1 Gs. de la época de Stroessner. ¿Habrá algún tarado psicosexual que no sabe que esa caja de chocolates que está de “rebaja” en el cartel donde dice que está 9.999 Gs. es en realidad 10.000?

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Sobre el autor

Anti fair play. Dona textos en Rock en Paraguay, The Ventan y en la revista La Factory. Seguile en Twitter, está como @vidaldel92, de vez en cuando suele decir cosas súper interesantes que te van a cambiar la vida.



One Response to La verdad sobre los supermercados

  1. Excelente post, muy entretenido la verdad.
    Aunque cualquiera que trabaje en un supermercado podría dar las respuestas a cada uno de los puntos.
    como yo por ejemplo, pero no es realmente mi deber dar esas respuestas, corresponderían mas a RRPP y Marketing, ni tampoco mi intención, ya que el post es original y divertida…
    PD: “etiquetas bullshit” jajaja matoo!!

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