Live! Yin y Yang

Publicado el 23/04/2012 | por Vidal D.

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Camel nos invitó a su fiesta y nos gustó

Así mismo como indica el título, la marca del camello fumador hizo su fiesta de lanzamiento de la línea Black&White Taste Revolution este viernes 22 en el Talleyrand Costanera. Camel volvió al mercado después de un largo periodo de ausencia y volvió con otro enfoque, queriendo adaptarse a la nueva y suculenta gama de fumadores amantes de la tecnología, la música y de esos aparatos vintage que dicen “¡pium, pium!”.

Y se nota a leguas que quieren proyectar otro enfoque a sus productos, al convocarnos a nosotros para cubrir esta fiesta lo vi como una movida bastante radical por parte de la multinacional.

La convocatoria fue selectiva, solo para 200 invitados y la tenida: de blanco y negro. Al saber este dato, inmediatamente se me vino a la mente la película “Eyes Wide Shut” (Ojos Bien Cerrados) en la que Tom Cruise necesitaba una máscara, un traje, capucha y una palabra clave usada de contraseña para poder ingresar a una orgy party. Al llegar al lugar caí en la realidad de que no tenía nada que ver con eso, pero igual pegó.

Nos dieron de beber más alcohol de lo que podíamos aguantar y de comer bocaditos, fingerfoods en inglés, que incluían sushi, salmón y montón de ricuras y cosas raras que nunca antes comí ni volveré a comer por una cuestión monetaria y memorial (ni idea tengo de la mayoría de los nombres que tenían esas comiditas que me metí al organismo). El punto alto: los vasos de cerveza se llenaban mágicamente antes de que pudiéramos terminar. Lo bajo: un cóctel anaranjado de nombre chino/coreano/japonés con sabor a apio.

Pero no se fue la gente a eso, sino a probar de la mercancía principal, el pucho Black&White de Camel fue el postre que vino acompañado de una presentación con mapping futurista, impecable labor audiovisual. Ojalá en los quinceaños se pongan de moda estas proyecciones loquísimas en vez de las clásicas diapositivas de fotis.

La noche en materia musical arrancó ligera con un pulido set indietronic por parte de Naty Doljak que pasadas las horas aceleró los beats porque tenía que haber agite, más adelante en bandejas Freak y  claro, no había otra opción ya que las bolas disco estaban dispuestas a girar: bailar, fumar, morir. En ese orden.

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Sobre el autor

Anti fair play. Dona textos en Rock en Paraguay, The Ventan y en la revista La Factory. Seguile en Twitter, está como @vidaldel92, de vez en cuando suele decir cosas súper interesantes que te van a cambiar la vida.



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