Gogol Bordello en Paraguay: una sorpresa impagable
Vivimos nio en un país donde las noticias malas son una constante y las buenas no son lo suficientemente buenas y si lo llegan a ser, tenes que pagar un alto precio por ellas. La situación que nos reunió en Kilkenny anoche fue inclasificable, un regalo caído del cielo, algo sobrenatural, fuera de lo común, algo demasiado bueno para ser verdad, era impagable, por lo tanto gratis.
Pensar que el toque de Gogol Bordello en nuestro país se iba a llevar a cabo en una circunstancia totalmente distinta, bueno, ya no calienta lo que no fue, hablemos de lo que en realidad sucedió: la agrupación transcontinental de punk gitano apareció por Asunción, no sabemos aún cómo, lo que sí que para no hacer pasar de balde esta visita decidieron dar un concierto con staff reducido, algo más íntimo, en dicho pub anteriormente mencionado… ¡ah! y gratis, ese fue un gancho más que interesante.
Tipo 22:30 el MC de la banda, Pedro Erazo (de origen ecuatoriano) pone en marcha el soundsystem ambientando la previa con sonidos que iba del reggae estirando al dubstep. Un poco después hace acto de presencia en el boliche, Eugene Hütz, líder de Gogol, apareció por la puerta principal como uno más de los perros y con él se vino el fiestón.
Fue un show breve pero que quedará para la posteridad, de esos que después servirán como anécdotas de viejo. Vinieron en formato acústico, sin batería, solo con los instrumentos ligeros de cargar: la infaltable guitarra criolla de Eugene, acordeón, pandereta y un violín. La gente estaba eufórica, los vídeos que están ahí abajo son la prueba irrefutable.
“My Companjera” fue el primer pogo de la noche y desde ahí ¿pueden creer que no se paró? la onda que había en el lugar es algo que no se da ni en los conciertos más multitudinarios, fue algo muy especial. Iban corriendo las canciones y el frontman iba entrando en confianza ¡zas! se quita la remera. Punk de peña sin electricidad, no pensé pasar por esto.
El tema que hizo gritar a todos los presentes fue “Alcohol”, valía más de un trago. El gypsy punk era contagiante, lo último que recuerdo fue que estaba en el pogo de “American Wedding”, después si se mandó todo a la mierda con “Start Wearing Purple”, atende lo que fue.
No había vallas ni sectores que dividían al grupo del público, por poco ni escenario, todos estaban a la misma altura comulgando esta felicidad que se nos niega la muy perra muchas veces, pero en otras nos da sorpresas tan gratas como esta, a ella fue dedicada el tema con el que cerraron su mini-show, “Wonderlust King”. Por más Gogol Bordello en nuestras aburridas vidas, brindemos, no con copas, con botellas de litro.
Sobre el autor
Vidal D. Anti fair play. Dona textos en Rock en Paraguay, The Ventan y en la revista La Factory. Seguile en Twitter, está como @vidaldel92, de vez en cuando suele decir cosas súper interesantes que te van a cambiar la vida.
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