Random Ndi! nde suegra

Publicado el 30/01/2013 | por Luis Rios

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La Suegra

A menudo, para toda mujer, llega el momento crucial en toda relación que marca la formalización. Su novio, chongo, pareja o jarýi maleta pronuncia las siguientes palabras: “Anda pues a casa”, morada de los suegros, cosa que esto genera en la victima (ella) un ataque de pánico, ansiedad y otras alteraciones que atentan contra su tranquilidad.

La principal preocupación pasa por la ropa. Buscar el punto exacto para que la suegra no piense que es una bailarina de cabaret, pero al mismo tiempo sin parecer una monja.

Una perfecta excusa para ir de shopping. Se toma toda una tarde para elegir los mejores jeans y blusas clásicas que pueda encontrar, a fin de dar una apariencia casual y cuidada. Los atributos quedan perfectamente escondidos. Las polleras y minifaldas cortitas, las blusas y remeritas escotadas quedarán en el placard hasta nuevo aviso. Tampoco se exagera con el maquillaje. Un poco de polvo y nada más. Se resalta la naturalidad del rostro. En los pies se usan zapatos normales. Nada de tacos o plataformas. Todo muy bien cuidado para causar una buena impresión.

Llega el día. La susodicha se abstuvo de salir a la disco la noche anterior para no parecer del elenco de The Walking Dead ante su suegra. Es buscada de su residencia por el aparato en cuestión. Durante el viaje se produce la siguiente conversación:

-Amor, estoy nerviosa ¿cómo me veo?

-No te preocupes, estás preciosa, te van a adorar.

-No estoy segura,  en serio quiero caerle bien a tu mamá.

- Mamá te va amar, no dudes luego.

-Eso espero.

Todo este preludio antes de llegar al momento culmine: Conocer a los suegros.

Se llega al portón, las últimas palabras antes de entrar: “Tranquila, todo va a salir bien”. En la mente de ella: “Para vos es fácil, no sos el que tuvo que prepararse por horas”. Clásica conversación mental (?).

Entran a la casa, primero se es presentada al suegro, con el que por lo general no hay problemas porque está orgulloso de la conquista de su hijo. “Papá, ella es Anacleta, la chica de la que te hablé”, ella: “Mucho gusto, señor” el viejo:”Zonzoriano me ha hablado mucho de vos, pero no me dijo lo linda que eras, se nota que mi hijo tiene muy buen gusto “. Típicas palabras de un viejo experto en el arte de agasajar señoritas y es que ve que sus dotes, tan utilizados en su juventud, ahora pasaron genéticamente y lo ve reflejado en su hijo.

En esto sale de otra habitación, una señora bastante chusca, algo arrugada y con semblante militar. Una mezcla entre Silvia Pinal, Jane Fonda y Evelyn Harper. Se acerca a su víctima examinándola de arriba a abajo como si tuviera un detector de metales o un can antibombas en la mirada.

Lanza una mirada de ninja sobre la chica y esboza la más falsa, pero absolutamente creíble, mueca que se pueda hacer. Hasta parece una feliz y sincera sonrisa, pero no lo es. Tira un: “Zonzoriano, pero que muchacha tan linda me trajiste”, en idioma de nueras y suegras esto significa: “Hijo mío, otra zorra más” o algo parecido. A lo que Anacleta responde “Muchas gracias” y la vieja sigue con un “Mi hijo me ha contado tantas cosas sobre vos”, significa que ya viene con los peores prejuicios posibles.  “¡Pero que linda blusa!, ¿de dónde compraste?” y la respuesta: “En el shopping X” y en la mente de la suegra: “Seguro la compró en el mercado o de algún macatero”.

Todo este desprestigio de la señora hacia su potencial hija política radica solo en una cuestión: en su subconsciente está impregnada la idea de que esa mujer quiere llevarse su tesoro más preciado; su hijo varón, al que dedicó toda una vida y que de la nada “esa” quiere robárselo.  Un fenómeno muy normal en las madres, el negarse a aceptar que el polluelo ya es un águila y que debe dejarlo volar solo.

La temible suegra

Llega el momento del almuerzo, y la suegra le pide a su nuera que la acompañe  a la cocina para traer los platos y servir la comida. Este es un momento clave ya que el monstruo atrae a su presa a su mazmorra y el juego comienza. La victima sabe de eso por lo que toma extremo cuidado tanto en gestos, respuestas, posturas corporales y demás para no dar lugar a malas interpretaciones y juicios de valor negativos por parte de la madre de su “príncipe azul”.

Comienza la danza con lobos: “¿Me imagino que sabes que la comida favorita de Zonzoriano son ravioles con estofado, ya se lo cocinaste?” y la respuesta de grande es: “¿En serio? Porque a mí me dijo que su comida favorita es la tarta de jamón y queso”. Cuando en realidad le hizo creer a su novio que sabe cocinar y aparentemente es lo único que sabe cocinar entonces el otro para no ligar tiene que decir que es su comida favorita. Y en realidad no lo cocina, lo compra hecho del super, lo pone al horno y lo saca cuando el tipo llega. Todo bajo el rótulo de “Cociné para vos”.

Ya una vez en la comida comienzan las conversaciones típicas de todo almuerzo. En esto, la suegra mete la típica para tratar de amedrentar a la flamante nuera: hablar de las ex del tipo y compararlas, además de constantemente remarcar lo buena, atenta y elegante que era, todo con tal de hacer de menos a la nueva pretendiente. Una táctica más que practicada por la experimentada jugadora ya que no es a la primera nuera que intenta ahuyentar.

Dice algo así: “El otro día me encontré con Mamerta tu ex-novia, está re linda y me contó que está trabajando en una empresa internacional de pelotas de ping pong y está ganando muy bien” comentario seguido: “¿Vos en que trabajas mi hija?”. La otra para no ser menos, le baja: “Estoy en una empresa, importamos ropas de marcas importantes de Europa y Estados Unidos, soy encargada de la parte de Marketing”. Esto significa que vende ropas usadas con su mamá, de esas que se traen de E.E.U.U. y cuestan 2,5 millones la caja en el puerto.

La siguiente es: “¿Qué carrera estudias?” Pregunta más que capciosa, se plantea lo siguiente: “Bueno, estaba estudiando medicina, pero no era lo mío y deje la universidad por un tiempo y hace poco me metí a estudiar arte” a lo que la vieja con una carcajada irónica responde “La hija de una amiga también estudio arte, Ahora creo que trabaja de mesera, gana menos de la mitad  de sueldo mínimo y trabaja más de 12 horas”. Ya paso los limites de HDP llegando a niveles de arpía. La Furia e instinto asesino de Anacleta están al mismo nivel del de un toro en rodeo. Es que, ¿en serio pio es posible que existan seres tan despreciables?

El almuerzo termina, es hora de levantar los platos. Anacleta se apresta a ayudar a lo que la suegra responde: “Por favor, no te molestes”, otra cascara de banana, aquí siempre se debe responder: “Pero por favor, déjeme ayudarla”, cosa que Anacleta hace, entonces la vieja accede y una vez en la cocina, entre las dos lavan los trastes, aquí Ana tiene mucho cuidado al lavar ya que la vieja utilizará su ojo de Halcón para detectar cualquier mancha minúscula en el plato para después decir que ella no sabe lavar los platos y no es lo suficiente buena para su hijo por eso.

Luego de terminado esto, se procede a pasar un momento a la sala con una pequeña conversación y finalmente sale el Zonzoriano y dice “Bueno mi amor, vamos que se nos hace tarde” a lo que la otra como una escalera al cielo responde aliviada “Si amor, vamos”. Y sale la vieja con un: “Ya te vas tan pronto”, y procede a darle un falso abrazo. Y le susurra al oído: “No te metas conmigo, niña”. Se despide de toda la familia y se retira.

Luego de esto, la suegra no sabe si ella volverá, pero en el caso de que vuelva, ya estará preparando una nueva táctica para intentar derrotarla. En el caso de la nuera dependiendo del amor que le tenga a su chongo y lo que esté dispuesta a pelear por él, si es que vuelve o no. También intentará evitar un nuevo reencuentro con su suegra a como dé lugar si es posible solo la quiere ver el día de su funeral para bailar sobre su tumba. Empieza a planificar las estrategias de evasión y en el caso de que sea inevitable, desarrollará un plan de emergencia defensivo.

Así que la próxima vez que vayan a conocer a su suegra, piensen bien lo que van a responder porque todo puede ser usado en su contra.

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Sobre el autor

¿Se acuerdan del chismoso ese que murió? Ese no soy. Escribo lo que pienso, si no te gusta no lo leas, el único que puede censurarme es Vidal. Seguíme en @nosoyunvampire



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