Man of Steel: la película que Superman se merecía
Parecía que Superman murió con Christopher Reeve. Este superhéroe estaba destinado a ser recordado como un anticuado alien de los 80s. Trataron de reanimarlo en el 2006 con Superman Returns pero no había caso, el personaje no se podía adaptar a los tiempos que corrían. Una lástima desperdiciar esos asombrosos poderes por falta de carisma.
Zach Snyder lo sabía y quería rehacer a este personaje que fue perdiendo popularidad por vaya a saber uno qué razones, sospecho que la principal habrá sido porque no usaba su anatómico como los demás y todos sabemos que hacer algo distinto a los demás, en esta sociedad, tiene sus crueles consecuencias.
Nos encontramos entonces con una más de superhéroes que mientras la vas viendo se va diferenciando del resto. ¿Por qué? no hay muchas vueltas para responder eso: está DEMASIADO bien contada.
La historia del súper hombre arranca enquilombada desde su nacimiento, para el que no sepa, Krypton, su planeta, se va a la puta y sus padres lo mandan acá para que su raza no muera. Ya aquí en la Tierra nos van mostrando a través de flashbacks como la pasaba en distintos pasajes de su vida, en cada una de estas escenas noté que esta cinta tenía corazón (no como Lugo) y su protagonista principal que para no ser de este planeta, era más humano que todos nosotros.
Ah, Christopher Nolan metió mano acá en la producción y se nota. Si él puede asesorar a todos los personajes de la Liga de la Justicia, creo que los Avengers tienen casi todas las de perder en caso de que lleguen a enfrentarse estas dos potencias del comic yanqui mundial.
El tipo que lo quiere matar a Superman desde que se enteró de su existencia es Zod, que como me dijo un amigo, era el Lino’o de Krypton porque también era militar, intentó un golpe de estado y también falló.
En fin, todo bien con que esté bien contada la historia pero no estamos ante la secuela de Hamaca Paraguaya. Luego de la primera hora introductoria nos sumergen a un cóctel audiovisual impresionante de pura destrucción. Zod con un par de secuaces vienen a Metrópolis, las consecuencias son caóticas para sus habitantes y orgásmicas para los giles que fuimos enchufados en la boletería del cine.
A Snyder se lo recuerda muy bien por meter mucho slow motion en sus películas, sin embargo en esta hizo todo lo contrario porque estaba filmando a nada más y nada menos que a Superman quien nos brindó las secuencias de acción más rápidas que habré visto jamás. Las peleas que se dan en la última media hora y en especial ese hiperbólico enfrentamiento final, me recordaron mucho a la pelea de Goku contra Cell y se me hizo imposible no desear que Zach también se haga cargo de una película digna para este anime que fue herido de gravedad hace unos años.
Lo más fascinante acerca de la leyenda de Superman y que en esta película le hacen total justicia es ver cómo se convierte en su alter ego, Clark Kent, y no viceversa, tal como lo decía el monólogo de David Carradine en Kill Bill Vol. 2: “Clark Kent es la crítica de Superman para el mundo entero”. Una persona que debe disfrazarse para encajar en el sistema.
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