Cumbia Ninja: la marginalidad al palo
Desde hace unos meses, los canales de Fox empezaron a spamear día y noche con el mega estreno de su nueva producción latinoamericana Cumbia Ninja, el nombre inspiraba menos confianza que la delantera Tacuara Cardozo y Dante López, pero los medianos éxitos de Tiempo Final y Kadabra hacían que haya cierta expectativa a pesar del nombre WTF???, y digamos, poco coherente.
Pero lastimosamente la serie sigue el concepto vairo del título. En teoría es una serie realista basada en desigualdad social y ambientada en los barrios bajos de Colombia. Hasta ahí, bancable. Pandillas, tráfico de drogas y guerra de barrios, muy bien.
Ahora, los protagonistas o la pandilla de buenos que quiere defender el barrio del ingreso y circulación de la merca, tiene la particularidad de vestir como si fueran raperos salidos del Bronx, pero sin ser afroamericanos ni anchos de espalda. Entonces se parecen más a malas imitaciones de Daddy Yankee y del cantante de Talento de Barrio.
Todos tienen las remeras o camperas con serigrafía dragón por la espalda, autos tuneados con colores fosforescentes y cajas que son más grandes y más caras que el mismo auto. Acá Monster si tenía que pagar el chivo, por eso nadie tuneo de verde con la M. Si no fuera en Colombia, juraría que todos salieron de Face’s, Checho’s o New Koko’s y suelen viquear gordinhas con el Pea Amoa Boy.
Esta misma pandilla buena forma un grupo de música denominada “Cumbia Ninja” y hacen una fusión entre funk y rap… no son precisamente la versión latina de los Red Hot Chili Peppers, siendo simplistas, apesta. No les sale nada bien. En síntesis, la serie es “Cumbia” protagonizada por reggaetoneros que tocan funk y se pelean contra metaleros, ya te imaginaras.
“Ojos en la Espalda”, tema dedicado a todas las victimas de Chernobyl (?)
Curiosamente la pandilla enemiga, los del otro barrio, que quieren traer los porros al barrio bueno, están vestidos de metaleros, todos de negro con las tachas y todos los chiches, ahí en seco soltás un inevitable: “¡¡¡¿Pero qué carajos??!!!”. Le intentas buscar el lado bueno, pero es imposible obviar todos los detalles anteriores.
La parte “Ninja” de la serie consiste en un dojo que parece sacado del Tíbet o de algún país asiático. Este dojo es de primer mundo y está ubicado en las cercanías del barrio pobre de los raperos/regguetoneros, quienes usan el dojo como sala de ensayo, sí, a ese nivel están. Encima el ayudante del sensei es uno de los miembros de la banda y su apodo es “Kung Fu”. Faltaba una despensa con algún otro coterráneo de PSY gritando “ESE KARO ESE É”.
Atendeme, el sensei del dojo es la versión carne y hueso de Tao Pai Pai, le faltaba el bigotito nomas pero es el mismo salame hecho arriero. Supuestamente este sensei es asiático, tiene los rasgos y el porte, pero un detalle tira por la borda todo lo bien caracterizado del tipo: el típico acento del oriental que habla español le sale para la mierda. Con todo esto no podían faltar las escenas de pelea en la serie, las cuales son bastantes similares a las de los Power Rangers contra los patrulleros.
Van 2 episodios, ojalá y la trama mejore, pero por ahora no hay indicios de un repunte milagrosa, si sos de los que van a bailar a discotecas de mala muerte y hacer cabeceo rápido en el bog callao o te gustan usar remeras fosforescentes y piercings de fantasía, te va a encantar la serie.
pd.: #TheWalkingDeadVolvé
Sobre el autor
Luis Rios ¿Se acuerdan del chismoso ese que murió? Ese no soy. Escribo lo que pienso, si no te gusta no lo leas, el único que puede censurarme es Vidal. Seguíme en @nosoyunvampire
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todos ustedes son unos idiotas supongo que ninguno a visto esta serie y si ya la vieron entonces no lograron captar el mensaje que manda, así que porque mejor no se callan y dejan de escribir estupidecez