Justin Timberlake – The 20/20 Experience I y II: ahora recién las digerimos bien
Dejemos claro algo antes de empezar: este post no pretende en ninguna forma hacer una comparación entre dos artistas que solo comparten su primer nombre; no hay punto alguno de comparación entre Timberlake y Bieber, así que no iré por lo fácil. Solo hablaré de JT. Aún así, Bieber tiene muuuuuuuuuuuuuuuuuuucho que aprender.
Retrocedamos al 2006. El mundo baila al ritmo de “SexyBack”, “Lovestoned/I Think She Knows” y se emociona con las baladas “My Love” y “What Goes Around… Comes Around”. Entre los mejores discos del año encontramos al FutureSex/LoveSounds de Justin Timberlake, quien definitivamente deja atrás su pasado boy band (¿cuantos de ustedes reconoció, en serio, a ’N SYNC en los VMA 2013?). Teniendo al mundo a sus pies y con una gira mundial exitosa, ¿qué hace el pendejo?
Prueba a ser actor. Estamos ante un artista que hace las cosas cuando las siente, y en ese momento sintió que lo suyo era comerse a Cameron Díaz, Amanda Seyfried y Mila Kunis (no creo que podamos culparlo). Y actuar en una película sobre Facebook.
Volviendo al 2013, Justin decide que la música lo necesita de nuevo, y nos trae no uno, sino dos álbumes completísimos y bien craneados. No podía faltar su dúo dinámico, Timbaland, al que es imposible no reconocer una producción suya. Cuando estos dos se juntan, los éxitos están asegurados. Con 32 años y habiendo decidido que Jessica Biel era la indicada para ser su esposa, el primer álbum gira en torno a la nueva vida de casado que lleva JT ahora. Y es que salvo “Don’t Hold The Wall” y “Let The Groove Get In”, todas las canciones de The 20/20 Experience – Parte I son románticas y te hacen pensar que estar casado ha de ser lindo. El segundo disco no es tan conexo con alguna idea en específica, sino que se acerca más a lo típico; canciones diferentes y no ligadas.
¿Qué nos trae el primer disco? 70 minutos de música en 10 canciones. La más corta cerca de los 5 minutos. Ya en el anterior álbum tanteó con eso de hacer temas enganchados, cambiar de clave, meter otro ritmo, hacer un intermedio; lo nombras y JT y Timbo lo probaron. Acá en el 20/20 original perfeccionaron el trabajo y tenemos canciones bien trabajadas y cocinadas hasta el punto de cocción perfecto. La introducción con “Pusher Love Girl” (7 minutos), te prepara para lo que podes esperar del resto de las canciones. Ahora, los temas uno por uno:
- “Pusher Love Girl”: comparando al amor con la droga, nos tira su falsetto típico y hasta se le da por rapear un poquito y le sale bien.
- “Suit & Tie”: clásica. JT sabe lo bien que le quedan los trajes y lo demuestra en una oda al buen vestir. Si hablamos de vestir con clase, no podía faltar Jay-Z tirando sus rimas a las marcas que viste y cómo conquistó a Beyoncé (¡¿cómo?!).
- “Don’t Hold The Wall”: ritmos árabes para pasar a la pista de baile (no la paraguaya lamentablemente).
- “Strawberry Bubblegum”: comparando al amor con el chicle, y sí, es pegajosa y te puede empalagar. Es la más parecida a su pasado teen pop.
- “Tunnel Vision”: lo más cercano a lo que ya conoces de Justin, uno de mis temas preferidos del disco. Perfecta para bailar, si sabes hacer coreografías súper elaboradas claro. Su I know you like it te lo dice todo.
- “Spaceship Coupe”: amor en el espacio, un solo de guitarra, gemidos, falsetto, piénsalo.
- “That Girl”: JT juntó una banda para pasar el rato y salió esta. Es la más corta, sencillita, pero no por eso menos importante. La típica “somos de distintos mundos y nadie quiere que estemos juntos pero igual nos queremos”. Menos es más.
- “Let The Groove Get In”: la escuchás y te parás y pones a bailar como pelotudo y sin vergüenza. Mezcla de tantos ritmos distintos que un día escuchás Brasil, otro día escuchás Oriente Medio y otro día India, disfrutá nomás vos. Para el final terminás pensando en los Jackson 5. No les voy a mentir, amo esta canción, debería sonar en la radio cada hora y es criminal que sea tan desconocida.
- “Mirrors”: si viste su video y no te salieron lágrimas no tenés sentimientos. Bueno tanto así no, pero es LA canción romántica, cuando a los 5 minutos ya crees que está lista te deja con otros 3 minutos que son un cierre perfecto para la canción. Fue la más mediática, y con acierto, merece ser considerada una de las mejores canciones del año.
- “Blue Ocean Floor”: la más experimental del disco, con sonidos en reversa, la voz de Timbaland de fondo haciéndote sentir que estás bajo agua, la voz melancólica de JT; no la escuches si estás cansado, tiene efectos somníferos.
Casi todas las canciones tienen su final extendido, a la mayoría le queda bien. Así nos damos cuenta de lo mucho que creció como artista, no sigue parámetros normales para el pop, busca lo que se le da la gana y le sale bien. No les voy a negar que imparcialidad no tengo con este álbum, es el mejor que escuché en mucho tiempo y le tengo mucho afecto, incluso si tardé un poco en apreciarlo; empezó lento y de a poquito le agarré el gusto a todas sus canciones. En promedio, cada semana cambio mi canción preferida del disco.
El segundo disco fue muy anticipado gracias a lo maravilloso que fue el primero. Cuando llegó en setiembre no fue tan bien recibido, y es que el efecto del primero se ve algo minimizado por este. 11 canciones con estructuras similares al primero, con giros y vueltas de tuerca y cambios de clave, etc. Nuevamente, a la mayoría le queda bien, pero algunos temas suenan muy a relleno. Parecería que Justin decidió lanzar todo lo que sobró del primer disco, lo cual no suele ser una buena idea (Uno, Dos, Tré). Esto no quiere, de ninguna forma, decir que es un mal disco, tranquilamente le abre a cualquier disco R&B de los últimos tiempos, excepto a la primera parte. Entre las mejores canciones, por dar un ejemplo, están las primeras dos, una gran introducción. Ahora, cada canción:
- “Gimme What I Don’t Know (I Want)”: Empezamos MUY bien. Ese distorsionado llamado a la jungla de Justin ya nos dice que será un buen disco. La canción tiene una buena estructura, Timbaland destaca.
- “True Blood”: más o menos se relaciona con la serie. Siguiendo con las metáforas de amor del disco anterior, acá la chica es como una vampira, y el peligro que conlleva le gusta a JT. Muy buena producción, tiene aspectos que recuerdan a Thriller, por lo bien que se lleva lo paranormal de la letra con la melodía. El final es bueno pero se alarga mucho.
- “Cabaret”: Justin conociendo a una chica que conoce muchas cosas… ah Drake rapea.
- “TKO”: otra metáfora, pero esta vez la chica lo noquea al pobre que no puede aguantarla más. Otra vez, excelente producción, sonidos de campanas, Timbaland en el fondo, tiene ciertos parecidos a “Tunnel Vision”, pero no a simple oída.
- “Take Back the Night”: a Justin le gusta Michael Jackson. A mí también. Ya antes ha hecho temas que recuerdan al rey del pop, e incluso temas que suenan tan inspirados por él que hasta podés pensar que alguna vez podrían haber hecho juntos (como “Let The Groove Get In”). Esto es definitivamente un homenaje al mejor, ni disimula JT.
- “Murder”: vuelve Jay-Z. Esta suena también a otro típico tema de muchas canciones: la chica es un peligro, es demasiado bella, todo a su alrededor parece muerto en comparación. Ah y una innecesaria referencia a Yoko Ono, déjala en paz Jay, igual se separaban los Beatles.
- “Drink You Away”: esta me cautivó. La línea de guitarra en el fondo es perfecta, simple pero de las que se te quedan en la cabeza. Y el tema de la canción da para que muchos se identifiquen: la chica te dejó dolido y querés olvidarla, pero ni el alcohol te lo permite. Irónicamente es muy alegre para cantarla, la combinación instrumental con aspectos de jazz, rock y country incluso.
- “You Got it On”: toque de “Pusher Love Girl” al final, un poco de “That Girl”, la línea de “Sounds like falling in love” queda bien latente y la cantas durante todo el día.
- “Amnesia”: Pop, tiene un toque N’SYNC pero con todo lo que ya aprendió JT. La relación está tan fracturada que ya ni sabes quién es la tipa.
- “Only When I Walk Away”: Suena bastante a Futuresex… Divertida la forma en que Justin canta con un tono más rockero a la chica que no le quiere cuando está y sí cuando se va.
- “Not a Bad Thing”: romántica, entretenida, recuerda algo a “Strawberry Bubblegum”, menos empalagosa quizá. Bien ambientada, nuevamente otra canción con guitarra apreciable y destacada. Viene con sorpresita al final.
Básicamente, la producción es muy buena, tiene buenas canciones pero no escapan a ser comparadas con el primer álbum, que fue inmenso, y muchas sucumben. No son malas de ninguna forma, pero algunas fueron extendidas sin necesidad. Parecía con el primer disco que estábamos ante una gran evolución artística, pero algunas cosas se olvidaron acá. Aun así, es un gran disco, no merece repercutir en la reputación del anterior y debería ser considerado de forma aparte siempre. Sin las extensiones podría ser un álbum pop redondo, pero terminó siendo muy largo para su propio bien.
Si te gusta Justin Timberlake y la buena música, te van a gustar ambos discos de The 20/20 Experience. ¿Mi única queja? Se apuró en lanzar una continuación y no le dio tiempo de entrar en la cabeza de la gente, el video de “Tunnel Vision” pasó desapercibido (tal vez por su propio bien, no es apto para conservadores) y en general tuvo la mala suerte de compartir regreso con otros monstruos como Daft Punk. Capaz y esperar un año habría sido suficiente para trabajar el segundo disco, pero lo hecho está hecho.
Destaco que los extras que vienen con las ediciones Deluxe están a la altura de ambos discos, en especial “Dress On”, de la primera parte.
Cómpralos, descárgalos, como quieras. Vienen juntos también si los querés. Si no me crees a mí, Vidal y Luis pusieron a la primera parte en un puesto bien alto en su conteo de los 50 mejores álbumes del año pasado.
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