Lo bueno de ser un loser
Mirando nuestro contexto desde una mirada, emmm, budista, por ponerle un nombre, vemos que estamos maniatados ante una cultura obsesiva a ganar. No miramos el ganar y el perder como dos caras de una misma moneda, cada una con su ventaja y desventaja. Obvio que ganar apesta menos que perder, pero ndereikongo…
En la vida uno tiene que aprender a ganar y a perder. Estamos invadidos de obstáculos que nos alejan del éxito y la gloria muchas veces, por lo que se tiende a perfeccionarse uno en el arte de perder. Ya sea en saber aceptar una derrota, pasarle la mano al rival vencedor en señal de respeto o no poner cara de pichado.
Desde el lado pesimista de la fuerza les propongo aquí algunos puntos a tener en cuenta para reflexionar la próxima vez que se atrevan a ganar un concurso, sorteo o partido so’o. Porque la derrota tiene sus claras desventajas, pero nadie sale a defender sus bondades. De seguro hay una conspiración política que malversa fondos públicos para que no se hable de esta verdad, vale una manifestación. Todos tenemos derechos a ser perdedores y con orgullo.
- Lo bueno de ser un loser es que por ejemplo, si se pierde de visitante, no va a haber gente decepcionada de vos al volver. Ellos ya te conocen y saben hasta donde podes llegar… no es precisamente muy lejos, por lo tanto no estás en la necesidad de llenar las expectativas de nadie. Así que punto a favor de los perdedores, viven más tranquilos.
- Otro factor determinante es el “pobrecito angá”: para eso es necesario poseer un dote actoral también de paso, ya que consecuente a una caída esta el lamento y es ahí en donde tenes que hacer el papel de tu vida para poder acumular lastima por lo menos. Imagínate causar conmoción a alguien que está re fuerte, podes sacar ventaja de esa situación pero no…
- Sos un loser en el amor, que también tiene su beneficio, ya que no dependes de nadie, sos el maestro de tus dominios y por lo tanto tu mano como tu aparato reproductor llegan siempre en simultáneo al orgasmo. Satisfacción garantizada (a menos que seas un asiático rarófilo que se excita solo con materiales fabricados en años bisiestos).
- Si nunca salís campeón en nada, no hace falta que hagas una vuelta olímpica. Déjales que corran a esos pelotudos alrededor de la cancha, se lo merecen.
- Si es que metes gol, se festeja el doble. Nadie lo puede creer, es un Maracanazo en tamaño escala el que te mandaste, les dejas con la boca sellada a todos los presentes por más de que haya sido de carambola.
- Al tener ese status de perdedor, te estás liberando de un gran peso social aunque no lo quieras, el “¿qué dirán de mí?”. A la mayoría de los losers les resbala lo que digan de ellos, ya que claro, no pueden ser más perdedores de lo que ya son. Esos que se candidatan para presidente en todas las elecciones y terminan con menos votos que la casilla de NS/NR son un gran ejemplo de perseverancia e independencia personal. Son libres de hacer lo que se les cante porque a casi nadie le importa lo que ellos hagan.
- Como no tenes nada de qué hacer alarde terminas siendo una persona humilde por defecto, lo cual es algo que no está tan mal, la gente suele valorar esas cosas.
Sobre el autor
Vidal D. Anti fair play. Dona textos en Rock en Paraguay, The Ventan y en la revista La Factory. Seguile en Twitter, está como @vidaldel92, de vez en cuando suele decir cosas súper interesantes que te van a cambiar la vida.
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