Películas The Hangover Part III

Publicado el 08/06/2013 | por Vidal D.

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The Hangover Part III: resaca não tem fim

Cuando un producto sale bien en Hollywood, si o si lo explotan unas tantas veces más para sacarle todo el rédito que se pueda. No es lo mejor pero tampoco digo que está mal, lo que sí está muy mal y es lo que usualmente ocurre en estas circunstancias, es que terminan hartando. La secuela nunca es mejor que la primera (excepto Terminator 2), es una regla no escrita pero todos lo sabemos y no lo decimos para no herir los sentimientos de los realizadores poco creativos a la hora de embarcarse a un nuevo proyecto.

La segunda parte de The Hangover (por aquí es ¿Qué Pasó Ayer?, por suerte no estamos en España donde es Resacón en Las Vegas y en Brasil ha de ser algo como Três Homens Muito Borrachados foram a Las Veguinhas) no era más que una versión recargada de la primera, pero digna y con un montón de risas clavadas en el ángulo, ya está, pedía que no hagan una más porque en esa si la cagaban.

Pero subestime la capacidad de sus guionistas, me sentí uno de esos snobs que eligen a los ganadores de los Oscar y se rehúsan a siquiera nominar a una comedia. No dimensionan lo difícil que es hacer reír a las masas y más aún en tiempos donde parece que todos los chistes sexuales ya fueron utilizados en comedias baratas de los últimos 15 años.

Es que en serio, ¿qué más se podía hacer en esta? como un masaje para el musculo sano, descubrimos durante la película que si se podían generar muchas más situaciones de humillación a estos resacosos personajes. Cerraron cabos de la primera y segunda parte de formas insospechadas, mirá, ni Christopher Nolan pudo cerrar tan bien su trilogía de Batman como si lo hicieron acá.

Sobre dos personajes en particular gira el eje de la historia y ambos son demasiado hilarantes en lo suyo, en esta se pasan. Por un lado Chow (Ken Jeong) que no para de causar problemas a “la manada” y está más ácido e hijo de puta que nunca. Se hace odiar pero no lo consigue porque es muy gracioso, a tal punto de que hay escenas en las que no dice nada e igual provoca risas y se roba la película… y otras cosas dentro de ella.

Lo mismo ocurre con Alan, un Zach Galifianakis que al conocerlo mejor en estos últimos tiempos, no sabemos si está actuando o sólo está haciendo de él mismo. Tan desubicado por cada comentario “inocente” que hace bajo ese personaje, así como tan genial por las indirectas que manda con esos mismos chistes. El tipo de comedia errante que realiza este barbudo panzón es lo que el mundo está necesitando y el sin problema nos lo está otorgando.

Los problemas acá son aún más densos de lo que ya eran en la parte dos. Se metieron en un lío de narcos y millones de dólares por culpa de una serie de eventos ocasionados (increíblemente estúpido de creer pero la puta que te parió) por las tortitas de faso que se comieron en la primera entrega.

Lo curioso es que en esta última no hay resaca hasta después de los créditos donde ya es un clásico de esta saga ver las consecuencias de lo que sea que consumieron la noche anterior y es aquí donde llevaron al extremo lo que hace Stu (Ed Helms), en la primera recordemos que se sacó un diente, en la segunda un travesti tailandés le dio por detrás y en esta… descúbranlo ustedes mismos.

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Sobre el autor

Anti fair play. Dona textos en Rock en Paraguay, The Ventan y en la revista La Factory. Seguile en Twitter, está como @vidaldel92, de vez en cuando suele decir cosas súper interesantes que te van a cambiar la vida.



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