Mi relación con System of a Down
Odié a System desde mi infancia. Solo un flojo argumento inventé para no escucharlos en su momento de auge: eran demasiado ruidosos para mi gusto. Excusa maricona inigualable. La etapa de mi vida en la que “tenía que estar enojado” me pase escuchando muchas cosas blandas que pasaban en la radio.
Era un ignorante de la vida que se salvo de puro pedo gracias a un milagroso disco de mi hermano mayor que rezaba en su tapa “Alternativos 2000” y metía en una bolsa a seres tan heterogéneos de la industria musical como Gorillaz, Papa Roach, Eminem, Destiny Child, entre otros.
Entre esos otros había una banda que solía saltear (por la razón anteriormente citada) cada vez que escuchaba estos compilados que abundaban por aquel entonces en nuestra discoteca. Eso sí, había una canción que era irresistible, cada vez que la escuchaba me sentía culpable por dejarme poseer por una especie de demonio interno que vivía en esa pieza musical de dos minutos y medio.
El tema era “Sugar”, el primer sencillo del primer álbum de la agrupación liderada por el Serj Tankian. La volví a escuchar hace poco después de, que sé yo, 5, 7 años más o menos y ahí entró en acción esa máquina de los recuerdos que sólo la música sabe cómo hacer funcionar. Por supuesto que de un tiempo a esta parte ya había escuchado cosas más densas que esta pero este tenía un valor agregado, y ya que estamos, vamos a potenciar la experiencia… me bajé el disco entero.
Lo que me está pasando cada vez que escuchó este disco es una adolescencia diferida. No sé porqué me gustó tanto. Es probable que tenga que ver una vez más con eso de que lo prohibido es más tentador, y he aquí un gil colosal que se prohibía música a sí mismo.
Algún experto me podrá decir en los comentarios si esto es algo bueno o malo, yo me guió por Michael Jackson que tampoco tuvo infancia, la vivió tarde y ya vieron lo que pasó. ¿Empezaré a violar nenitas de 13 años para arriba? No creo. Aunque sería lo ideal sabiendo la evolución por la que está pasando ese segmento de la raza humana.
Bueno, escuché el álbum homónimo, lanzado en junio del ’98 y la verdad es que descose cráneos desde que empieza hasta que termina. Riffs de guitarras aplanadoras fusionadas con la multifacética voz de Serj que emula a la perfección las emociones que desea transmitir, en este disco serían demencia y destrucción, básicamente.
Los SOAD habrán sido cruelmente despedidos de una sucursal de Monte Líbano y descargaron toda su rabia en esta placa que le doy un 10/10. Me impresiono de mi mismo la cantidad de veces que puedo escucharlo sin cansarme, fue fabricado para ser escuchado de un tirón. Un pedazo de furia uniforme que me hacía falta para estar completo o simplemente me agarró en un momento adecuado.
Si le pongo la calificación máxima es porque está bueno todo pero las partes que me revientan son dos secciones divididas en tres temas cada una. La primera sección es el hat-trick inicial con “Suite-Pee”, la devastadora “Know” y la ya mencionada “Sugar”. La segunda parte arranca con “Ddevil”, luego con el te-ma-zo “Soil” y la poderosísima “War?” (que gracias a un top comment de YouTube me percató que en su coro parece que dice “Huevos en cajitas”).
Gracias a este descubrimiento mío sólo comparable al de la paja, deseo con ansias de que vuelvan. Hace 8 años estos ñatos no sacan nada nuevo, hace 8 años no quería saber nada de ellos. Cosa de posers.
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