Breaking Bad, un obligado a ver
Cuanto más original sea lo que tenes para mostrarme, más lo voy a querer ver.
Breaking Bad cumple con esa premisa, dejando al espectador con ganas de saber cómo sigue, regla que debería ser requisito número uno en todas las series norteamericanas. Con una trama central que después se va desglosando en ramificaciones mucho más que interesantes: un profesor de química en un colegio es diagnosticado con un cuadro de cáncer en los pulmones, en un mal que es hoy en día hasta cotidiano en su forma de padecimiento, el pobre hombre de lo correcto que fue en toda su vida, nunca se ha metido siquiera un cigarrillo en la boca.
Cabeza de una familia de clase media, con su señora esperando por dar a luz a una niña y teniendo un hijo retrasado mental, Walter (interpretado por un tipo gloriosamente metido en su papel Bryan Cranston, ¿se acuerdan de la sitcom Malcolm? El era su papá) decide darle un giro extremo a su vida y darle un poco de acción a la misma, incursionando en el submundo de las drogas, para ser más específicos: en el mundo de los cristales hechos con metanfetaminas. El en compañía de un ex estudiante suyo, un fumado Jesse Pinkman (Aaron Paul), utilizarán su ingenio y el poder la química junto con la “experiencia” que tiene el último en este ámbito, para crear una droga que todos los “yonkis” querrán probar.
Walt hace todo esto por una noble razón que es la de dejar “un poco” de dinero a su familia para cuando el ya no este, pero se rozará con la ley lidiara con ella más cerca de lo que uno pueda imaginarse, debido a que su cuñado y gran amigo Hank es un agente importante de la DEA (Administración de Leyes sobre las Drogas) y esto es solo uno de los tantos factores que acarrearán situaciones desopilantes e impensadas para el/la que lo esté viendo, subiendo la calidad de la serie a un pedestal que puede llegar a convertirte en un fanático de esta.
Personajes con personalidad, cada uno bien caracterizado y cada uno con una historia que contar y que se entrelazan coordinadamente en un excelente hilo argumentativo que le valió a este drama ser galardonado seis veces a los premios Emmy (en pocas palabras, los Oscar de la TV), esto y muchos otros adjetivos lindos que podemos decir para tratar de convencerte de que la veas, si no, bueno, al menos lo intente, pero vos te lo perdes.
Breaking Bad representa en la figura de Walt lo que queremos ser y no nos atrevemos, no estoy refiriéndome a que todos queremos cocinar droga para ganar un poco de platita extra, sino tener ese “push”, ese empuje que nos saque de nuestra cotidianeidad, esa buena razón para hacer locuras por los que queremos.
Actualmente la serie está en un receso pero vuelve en Julio de este año con su cuarta temporada.
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