CBGB: la cuna del punk y la película que se merece
Un lugar que dio espacio a los locos más interesantes e influyentes de los últimos 50 años. Gran parte de las tendencias del punk y el new wave fueron sembrados en esta pocilga que clamaba por una película tan genial para hacerle total justicia.
Es gracioso ver al profesor Snape (Alan Rickman) como el viejo desaliñado que hacía del dueño del boliche, Hilly Kristal, después de un rato como que te vas acostumbrando a el hasta que se hace del amargado y ahí te volvés a acordar del personaje que hacía en Harry Potter. Pero no se preocupen, sabe sobrellevar bastante bien ese pesado estigma que lleva encima.
Seguimos la travesía de Hilly y el ascenso meteórico de popularidad que padeció su local que tenía las siglas de “Country, BlueGrass y Blues”, nombre que el mismo le puso pues eran sus géneros de preferencia. Por esas cosas de la vida se topó con una banda llamada Television que poco o nada tenía que ver con esos estilos, hicieron la famosa prueba de sonido, les copó y desde aquel entonces pasaron a su recinto aproximadamente 50 mil bandas en 33 años, cada una de ellas tuvieron que haber meado alguna vez en el asqueroso y único baño con el que contaba el CBGB.
El ritmo de la película es muy entretenido e imposible que te aburra por un solo segundo, gracias a la excelente banda sonora hecha por los mismos artistas personificados en la cinta; a la aparición incesante de personajes icónicos que entre los más resaltantes se encuentran Taylor Hawkins (más conocido como el baterista de Foo Fighters) interpretando a Iggy Pop y Rupert Grint (Ron de Harry Potter) como uno de los integrantes de la agresiva banda The Dead Boys, Stana Katic que hace de una X pero no importa, está buenísima; y transiciones tipo comic que servían para ilustrar revistas punk de la época.
Es evidente que las intenciones de la cinta no eran de carácter histórico sino más bien de entretenimiento, es por eso que vas a notar algunos personajes un tanto estereotipados y que si indagas bien, había partes de la historia del local que no eran tan cool como la pintaron acá. Aunque la mayor protesta que podes hacer por esta película es el fucking playback que utilizan cuando se ven a las bandas tocar, se ve un poco forzado todo por más esfuerzo que hicieron en maquillar eso.
Si te deja algún mensaje Hilly, es que jugarte por lo que te gusta tiene su recompensa tarde o temprano, estar endeudado hasta el cogote por una causa que defendes es un riesgo que muy pocos están dispuestos a correr, por ello pasó el y mirá el monstruo que creó. Cualquiera que arme un bar rockero en estos días y no aspire a ser un CBGB estaría mintiendo… o no saben ni lo que es, y es por eso que no les va bien.
Sobre el autor
Vidal D. Anti fair play. Dona textos en Rock en Paraguay, The Ventan y en la revista La Factory. Seguile en Twitter, está como @vidaldel92, de vez en cuando suele decir cosas súper interesantes que te van a cambiar la vida.
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