Peleas de mujeres: GRACIAS DIOS POR DARME UN PENE!!!!!
Hace unas semanas por esas cosas de la vida me tocó ser referí en una discusión entre un grupo de amigas que estaban algo distanciadas, ¿el motivo? una pequeñez que no viene al caso, sería algo así como cuando un/a adolescente odia a sus padres porque no le dejaron salir a algún lado y amenaza con suicidarse.
Intercediendo ante ambas partes fui haciendo comparaciones entre las formas que tienen hombres y mujeres de solucionar sus problemas y llegué a la siguiente conclusión: Mientras más conozco a las mujeres, más quiero a mi Play.
Los hombres sin hacer tanta telenovela y escándalo luego de putearnos un momento, procedemos a ingerir una gran cantidad de alcohol barato para terminar allá tipo 3 de la mañana en un abrazo fraterno balbuceando frases como “Vo sho mi amigo”, “No no no vo sho mi hermano”, “No no no, vo sho mi viejo”, “No no no vo no sho ni terrorista ni comunista, ni paracaidista vo sho periodista y sho mi socio”.
Entre las mujeres pasa algo así, “No le voy a perdonar nunca a esa perra, no tiene cara ni alma para hacer lo que hizo” “¿Y que lo que te hizo?” “¡Compró el vestido que yo quería! ¡Eso no se hace! ¡Eso es cosa de puercas ya! Nunca más en la vida le vuelvo a hablar”. Dicho y hecho, nunca más en la vida le volvió a hablar y cada vez que ve a su ex amiga con su vestido es “Mirá a la zorra esta, a mi me hubiera quedado mejor el vestido, yo no tengo los 200 kilos de más y la celulitis de esta”. Imagínate si entre hombres nos vamos a pelear por quien se compró la camiseta de Xavi o Iniesta y quien la quería.
Muchas veces si una discusión entre amigos pasa más allá de 24 horas, ambos toman la decisión mutua de llamarse o escribirse para decirse, “Nde tembo, jajedejana vyresa, jajuga la play mba’e”, y hasta muchas veces sin decirse nada se vuelven a ver al poco tiempo y entre los dos se sabe que opama nio ya. Más aún si es una amistad de varios años y viven en el mismo barrio.
En el caso de las féminas, poco y nada importa cuánto dura la relación ni cuan cerca vivan, una pelea de amigas por un esmalte no devuelto a tiempo, puede durar más tiempo que el clásico Israel–Palestina y obviamente con resultados más devastadores que en la franja de Gaza. La capacidad de una mujer de sobrellevar una guerra fría contra otra es digna de ser convertida en una parodia por Sacha Baron Cohen.
Todas las películas de joliwú para adolecentes, te muestran dos bandos, una la buenita que no hace nada y la otra la mala arpía que se queda sola al final. Pero qué pasa cuando nadie es buena y nadie es mala y simplemente hay una pelea y lo más importante, ¿cómo mediar? y aún más importante: ¿cómo mediar si sos hombre? Eso nunca te lo enseñaron, por eso hombres, si les toca estar en esta situación, limítense solamente a escuchar, no intenten accionar ni mucho menos tomar partido por algún sector.
En mi caso particular para que tengan una idea, era exactamente Guerra de Novias pero con Seth Rogen intentando que se vuelvan a amigar Anne Hathaway y Kate Hudson. Al final se volvieron se volvieron a amigar y todos vivieron felices para siempre. Como todo caballero, luego de haberse firmado la paz, procedí a festejar el cese de fuego con un cajón de cerveza barata para posteriormente llamar a cada una en estado de entonación tirando a la ebriedad y manifestarles mi felicidad por la reconciliación con un afectuoso: “Vale un trago nde añamemby”. A mí no me joden mujeres, les encanta que un tipo les llame en pedo a decirles que les quiere.
Moraleja final de esta historia: Mientras más conozco a las mujeres, mas quiero a mi Play.
Sobre el autor
Luis Rios ¿Se acuerdan del chismoso ese que murió? Ese no soy. Escribo lo que pienso, si no te gusta no lo leas, el único que puede censurarme es Vidal. Seguíme en @nosoyunvampire
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