The Killers en Paraguay: nos liquidaron, así de simple
Una de las bandas más importantes del mundo nos pegó una visita y vaya que tenés que ser pelotudo o muy pobre o estar totalmente en otra o todas las anteriores para serle indiferente a un evento de esta naturaleza.
Faltando pocos minutos para las 10 de la noche en el Jockey Club, sube al escenario aquella banda proveniente de Las Vegas que conocimos todos allá por el 2003 con el tema que abren su show (“Mr. Brightside”), una cabalgata vertiginosa de éxitos cosechados en una década. Vienen de la ciudad del entretenimiento por excelencia, algo habrán aprendido de allí y lo vinieron a aplicar a una audiencia de 20 mil y pico personas.
El maestro de ceremonia fue un tipo flaco con apellido floral que aparentaba un gran estado físico por los piques que metía de tanto en tanto sobre el escenario. Tenía conocimiento de unas cuantas palabras clave que las pronunció en un español bastante fluido para mi sorpresa. Aunque lo que nos trajo hasta allí no fue su gran manejo del lenguaje, sino la fuerza de sus composiciones que dieron a su banda un trono de oro en la cima de la industria musical.
Pasaba “Smile Like You Mean It” como tercer tema de su repertorio y la cutis de ave ya se hacía sentir entre los presentes, es que la ejecución de las canciones era sencillamente perfecta. Entrando en comparaciones odiosas, fue como el concierto de Noel Gallagher pero con más onda y emoción por parte de sus intérpretes.
Navegando por los surcos del synth pop sonaron genialidades como “Spaceman” y “For Reasons Unknown”, particularmente es una de mis favoritas y me pichó un poco que nadie la haya coreado, pero no los culpo por su ignorancia, fue un single de Sam’s Town que pasó algo desapercibido (mentira, todos putos).
Brandon estuvo maravilloso, el se lleva el crédito de todo los muchachos que lo acompañan en esa aventura llamada The Killers. A veces en el piano, otras veces en el teclado, una vez con la guitarra, hacía malabares prácticamente con su sola presencia y su carisma se notaba muy creíble (lo dudábamos un poco después de su resacosa foto en el aeropuerto).
La hora y media de espectáculo fue minuciosamente calculada hasta el más pequeño detalle, cada fuego pirotécnico, lluvia de papeles, visuales en la pantalla titánica, todas esas “cositas” combinadas por una banda especializada en crear verdaderos himnos de estadio (en hipódromos también resultan, por lo visto), catapultan a este show como uno de los mejores de la historia de este maldito país.
Con la seguidilla conformada por “Read My Mind”, “Runaways” y la hermosa “All These Things That I’ve Done” iban a descanso con el público ganado, un nuevo territorio tachado en la lista de conquistas de este grupo que podemos decir que vinieron en su mejor momento.
Para el bis se vinieron con “Jenny Was a Friend of Mine” para los fanáticos de la primera época y la retirada se produce al finalizar “When You Were Young”, emoción y excelencia en una perfomance a la que no se le pudo pedir más nada, algún agregado de más hubiese provocado una linda cagada. El rayo iluminado ubicado en el medio del escenario se apagó pero la fiesta continuó en nuestros adentros.
Paraguay no va al Mundial pero se ganó algo igual o más grosso: finalmente se consolidó como punto de referencia y ya es tenido en cuenta para las giras de los artistas internacionales. Ahora estamos en el proceso de no endeudarnos para bancar las entradas de los conciertos que se vienen. Nuestras billeteras sufren y nuestros corazones agradecen.
Sobre el autor
Vidal D. Anti fair play. Dona textos en Rock en Paraguay, The Ventan y en la revista La Factory. Seguile en Twitter, está como @vidaldel92, de vez en cuando suele decir cosas súper interesantes que te van a cambiar la vida.
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coincido absolutamente contigo!!!
fue exelente el concierto, me emocione bastante al escuchar temas de su primer disco, no pense que ivan a mezclar, creo que lo que somos seguidores del grupo desde el comienzo se sintieron igual que los nuevos fans, y el carisma de Brandon muy pocos lo tienen…