Vi a Crystal Castles en vivo y te cuento cómo fue
Había pasado el show de Foals, los dos días del Pepsi Music y yo seguía en Buenos Aires para cubrir una última. De los conciertos de acá lo único que extrañaba era al vendedor que se va a gritar “¡LECHE CARAJO!” en la fila. No sé si tuve la suerte nomás de meterme en los recitales con gente más buena onda o de verdad en la Argentina estaba el mejor público de conciertos. Yo creo que la última es la respuesta.
Fui a ver a nada más y nada menos que a los Crystal Castles, una vez más en el templo de Pergolini, el Teatro Vorterix. Grupo que la anda rompiendo a su manera en el mundillo electrónico, noise y demás géneros inclasificables en los que podrían encontrarse. Traen bajo el brazo su tercera producción discográfica Crystal Castles (III) (a sus tres discos le pusieron de nombre “Crystal Castles”, ha de ser difícil esa parte del proceso creativo) que recibió una rotunda aclamación por parte del público y la crítica especializada.
Y son satánicos en vivo. Aclaro que es un decir, no se vayan. Alice es una tarada que entra ya extasiada al escenario (con éxtasis o en éxtasis… dejo a interpretación de ustedes), como una rockstar sin calentarle la vida y los miles que la miramos entrar, sube con cigarrillo en mano a gritar los primeros ecos de “Plague” que rezaban “are you afraid?!!!”… y la verdad que un poco, podía pasar cualquier cosa en cualquier momento.
Tuvimos frente nuestro a la banda pionera en meter ruiditos de juegos arcade en la música, pero de aquel Crystal Castles que era nada más que esa su principal característica, queda poco y lo fueron demostrando mientras transcurría el espectáculo, equilibrando la melancolía y el dolor con el beat de fácil baile.
Les decía, la señorita Glass está del tomate, en un tema abrió una botella de Jack Daniels y le metía sorbos que no fueron a parar a su sistema digestivo, oh no, la tipa empezó a escupir a sus hardcore fans de las primeras filas, y vaya que eran hardcore. Intenté acercarme un poco para quitar mejores fotos pero imposible, esos chicos y chicas con look Lisbeth Salander ejercían una fuerza centrífuga sobre el escenario. Cualquier objeto o individuo que osaba cruzarse por ahí era vilmente repelido a empujones.
“Doe Deer” luego es una estocada dance punk que te recomiendo no poner fuerte en tu casa mientras están tus padres, van a pensar que andas picada abajo en la vida (habla la experiencia propia), sonó salvaje en vivo y “Baptism” ni hablemos, estaba ideal para morir desangrado en los pies al bailarla, sonó así:
La estética oscura y hasta en cierto punto creepy de esta agrupación se hace aún más fuerte en sus shows, es así que las luces del escenario están de contracara a ellos por lo que literalmente se encuentran todo el tiempo en la oscuridad. Hablando de las luces, hicieron el mayor de los esfuerzos para dejar con brotes de epilepsia a los presentes. Demasiado titilar de luces blancas en un momento encegueció a todos.
La otra mitad nada revoltosa de los Crystal, Ethan Kath destacaba lo menos que podía refugiándose debajo de su capucha y frente a su teclado, a eso en mi barrio lo llamamos shoegaze. Bola, ahí ni saben lo que es eso.
También comprobé que las zapadas en música electrónica son una realidad. Es más, cuando se tocaron “Alice Practice”, la Alice le da una mano a Ethan en consola y empiezan a navegar juntos por cauces poco convencionales en 8-bit, porque al fin y al cabo es esa la esencia de esta bandaza que ya debería ser para vos una obligada a ver antes de morir.
Crystal Castles en vivo!
Alice Glass
Sobre el autor
Vidal D. Anti fair play. Dona textos en Rock en Paraguay, The Ventan y en la revista La Factory. Seguile en Twitter, está como @vidaldel92, de vez en cuando suele decir cosas súper interesantes que te van a cambiar la vida.
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